Nuestro padre, Lorenzo Navascués, afamado campeón de jotas y nuestra madre Mª Cruz Badía, fueron los ángeles inspiradores de La Rinconada de Lorenzo. Nosotros, Javier y Óscar, y nuestras esposas, Elisa y Belén, que se incorporaron sucesivamente a las tareas del restaurante, hemos intentado seguir la estela que nuestro padre creó al comienzo del restaurante.
Casi desde el principio, ganamos varios premios por nuestra labor gastronómica y gracias a ello, hemos conseguido reconocimiento en el ámbito de la comida tradicional, y son numerosas personas quienes vienen sucesivamente a disfrutar de nuestros platos aragoneses.
En este campo hemos mantenido un estrecho vínculo con el recetario clásico aragonés, aunque hemos hecho alguna incorporación de platos que nos demandaban los clientes, como son: Pescados frescos del Cantábrico, Foie casero, garbanzos con bogavante etc…
Abrimos La Rinconada de Lorenzo por primera vez en 1970, en la calle Latassa de Zaragoza, con la finalidad de elaborar comida típica aragonesa y convertirlo en el restaurante tipo aragonés de referencia en nuestra ciudad. En noviembre de 1972 nos trasladamos definitivamente a la calle La Salle, 3, con un espacio mucho mayor que el anterior y teniendo actualmente dos comedores, uno con una capacidad de 90 y el otro de 70 personas. La cerámica de Muel, los ventanales ojivales, ejemplifican el sabor aragonés de La rinconada de Lorenzo. La decoración muestra el gusto por el arte con las cerámicas de Muel, los bodegones que cuelgan de las paredes y vidrieras de oficios antiguos de nuestra región. Un acogedor ambiente que se mezcla con la comida casera típica aragonesa de nuestra casa.
La bodega está protagonizada mayoritariamente por caldos aragoneses, sin olvidarnos de otras Denominaciones de Origen, como Rioja, Ribera del Duero y vinos de la tierra Dentro de nuestras especialidades ofrecemos Migas con jamón y uva, alubias blancas con oreja y chorizo, ternasco asado al horno con patatas, huevos al salmorejo, pescados frescos al Orio, y como postres destacamos, melocotón al vino tinto, helado de higos con nueces y arroz con leche.
Con el esfuerzo de todos y la motivación de querer hacerlo bien, se nos ha reconocido a lo largo de nuestra vida por varios aspectos, tanto por ser un restaurante típico aragonés, donde hemos querido dar a conocer la cocina tradicional de Aragón, y a nuestro padre, Lorenzo Navascués por su trayectoria jotera.